jueves, 3 de noviembre de 2016
¿Quién puede hacer exorcismos en la Iglesia Católica?
El exorcismo es el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos.
El sacerdote misionero del Instituto de los Servidores de la Palabra, P. Modesto Lule, explicó que “los únicos que pueden hacer exorcismos sin necesidad de consultarlo con alguien son los Obispos de la Iglesia Católica”.
El
exorcismo es el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de
las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos o
plagados por ellos.
El
Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) detalla en el numeral 1673 que
“cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de
Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las
asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo”.
El P. Modesto aseguró que ni pastores ni laicos pueden realizar un exorcismo, pero sí algunos sacerdotes.
“No todos, pues para poder realizarlo necesitan el permiso o la delegación de su Obispo. Si el Obispo no lo delega, no podrán hacer más que una oración de liberación”, expresó citando el canon 1172 §1 del Derecho Canónico.
Para
corroborar sus afirmaciones en el SIAME (Sistema Informativo de la
Arquidiócesis de México), el sacerdote se refirió al Evangelio de San
Mateo 10, 1, cuando Jesús llama a sus doce discípulos y les da la
autoridad para expulsar los espíritus impuros. “En la actualidad, los
Obispos son los representantes de los apóstoles. La Iglesia Católica es
la única que desciende desde los apóstoles”, precisa.
Sobre
delegar esta facultad a los presbíteros citó Hechos 6, 1-6, donde se
especifica que se “reunieron los doce apóstoles y les dijeron a los
seguidores que ellos ya no se podían ocupar de todo, así que escogieran a
unos de entre ellos para que les ayudaran”.
“Escogieron a siete, los llevaron ante los apóstoles y les impusieron las manos. Los sacerdotes en la actualidad son ordenados por los Obispos, y éstos les dan la facultad para poder hacer exorcismos a algunos de ellos”, agregó.
Según el canon 1172 §2 del Derecho Canónico, el exorcista debe ser un Obispo o un sacerdote “piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”.
El P. Lule reiteró que el acto de exorcizar solo fue encomendado a los apóstoles y sus sucesores, citando Hechos 19, 13-20.
“Aquí se habla de siete hijos de un sacerdote judío que se dedicaban a expulsar demonios en nombre de Jesucristo, pero en cierta ocasión el espíritu maligno los enfrentó y les dijo que únicamente conocía a Jesucristo y a Pablo. Después de decirles que no los conocía les dio tremenda golpiza que hasta desnudos los dejó y salieron corriendo”. En este caso, “los que andaban expulsando demonios no habían sido delegados por el apóstol y recibieron tremendo susto”, dijo el sacerdote.“En el numeral 395 del Catecismo dice que: el que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero ‘nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman’”, agregó.
Finalmente
se refirió a las oraciones de liberación, que puede ser realizadas por
“todos los obispos, sacerdotes y hasta laicos”.
“Una oración de liberación no es igual que un exorcismo. Exponerse a un exorcismo sin las debidas licencias es colocarse en un estado muy frágil donde los demonios pueden hacer presa a alguna de las almas”, concluyó.
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
¿Existe el diablo?
¿Existe realmente el diablo? ¿Quien o que
es el diablo? ¿Qué dice la relevación cristiana? ¿Cuáles son las
actitudes con que debe comportarse un cristiano delante de esta
realidad?
Hace
unos días, vino una señora que me pregunto sobre la existencia del
diablo. Tenia dudas porque leyó un articulo en el que el autor afirma
qla noo-existencia del demonio, diciendo que es un invento de los ombres
y sirve como un escape.
Para responderle a esta señora, primero quiero plantear algunas preguntas:
¿Existe
realmente el diablo? ¿Quien o que es el diablo? ¿Qué dice la relevación
cristiana? ¿Cuáles son las actitudes con que debe comportarse un
cristiano delante de esta realidad?
Los demonios en la revelación cristiana
Antiguo testamento
La
sagrada escritura nos presenta los demonios como algo muy real y
presente. Descubrimos que tienen una fuerza superior de los hombre. Y el
diablo es algo o alguien personal que atribuye la biblia, varios
hombres. Ellos son aquellos que desobedecieron a Dios y fueron
condenados eternamente al infierno. Su caída fue irrevocable y, por eso,
están eternamente separados de Dios (cfr. 2 Pe 2, 4; 1 Jn 3, 8; Jn 8,
44; CIC 391-393) Desde entonces, sus obras consisten en tentar a los
hombres incitándoles a rebelarse contra Dios, como ellos mismos han
hecho.
El
libro del génesis, nos cuenta del pecado original cuando Adán y Eva
cayeron bajo la influencia y el engaño del diablo apareciendo como una
serpiente. (Gen 3, 1-5 Sab 2, 24)
Evangelio
El
señor Jesucristo se encarno precisamente para salvaron de la triste
situación, de los hombres después de la caída. El tomo muy seriamente la
existencia de los demonios en su misión. Al inicio de su ministerio,
tenia que confrontar al diablo en el desierto por 40 dias. (MT 4, 1-11,
Mc 1, 12, Lc 4, 1-13)
“Acabando todo genero de tentaciones”, dice el Evangelio de San Lucas, “el diablo se retiro de El hasta el tiempo determinado”.
Jesus
decía que “el diablo es homicida desde el principio y no se mantuvo en
la verdad, porque la verdad no estaba en el”. (Jn 8,44) cuando volvieron
los 72 discipulos diciendo: “Señor, en tu nombre sometimos hasta a los
demonios”, contesto Jesus, “yo veía a Satanas caer de Cielo como un
rayo. Sepan que les di poder para andar sobre serpientes y escorpiones y
sobre todo enemigo”. (Lc 10, 17-18) es obvio que el diablo no es una
figura metaforica para Jesus, y el manifestaba su poder sobre los
demonios en sus curaciones de los posesos.
Cartas de los apóstoles
En
las cartas de los apóstoles, fácilmente vemos que el diablo es una
fuerza personal que nos confronta. “sean sobrios y estén despiertos,
porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien
devorar. Resístanle firmes en la fe”. (1 Pe 5, 8-9) Por esta razón, San
Pablo nos aconsejo, “revestios de las armas de Dios para poder resistir
a las asechanzas del Diablo. Porque nuestra lucha no es contra la carne
y la sangre, sino contra los Principados, contra las Protestades,
contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espiritus del
Mal que están en las alturas”. (Ef 6, 11-12)
Padres de la iglesia
Desde
los primeros pasos de la iglesia, los padres en sus cartas y sermones
nos alertan sobre la realidad del diablo y sus engaños. Veamos algunos
de estos. Dice San Atanasio, “Nuestro enemigo el diablo nos rodea
siempre, tratando de quitarnos la semilla de la palabra que ha sido
puesta en nosotros” (Catena Aurea, VI) “El lobo roba y dispersa las
ovejas, porque a unos los arrastra a la impureza, a otros inflama con la
avaricia, a otros los separa por medio de la ira, a este le estimula
con la envidia, al otro le incita con el engaño. De la misma manera que
el lobo dispersa las ovejas de un rebaño y las mata, asi también hace el
diablo con las almas de los fieles por medio de las tentaciones! (San
Gregorio Magno, Homilia 14 sobre los Evangelios) El doctor angélico,
Santo tomas de Aquino decía, “Dos pasos del diablo: el primero engaña, y
después de engañar intenta retener en el pecado cometido”. (Sobre el
Padrenuestro)Catequesis de la Iglesia
Nos
dejo una doctrina cristiana sobre los demonios en el Magisterio
orinario de la Iglesia: siguiendo la Escrituraa y la Tradicion de la
Inglesia, afirma que existe el infierno y el diablo. El concilio
ecuménico letran IC (años 1215) definio que “el diablo y otros demonios
fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero se hicieron a si
mismos malos” (DS 800, CIC 391) Podemos encontrar esta enseñanza muy
sintéticamente en el nuevo catecismo de la Iglesia Catolica en los
números 391 – 395. Y en resumen, “Satanas o el diablo y los otros
demonios son angeles caidos por haber rechazado libremente servir a Dios
y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al
hombre su rebelión contra dios” (CIC 414).
Experiencia de los demonios y del mal
Testimonios de los santos
En
las vidas de mucos santos y santas, nos revelan su relación intima con
Dios. Curiosamente, ellos mismo hablan de experiencias fuertes de los
demonios que les molestaban con tentaciones y manifestaciones. Parece
que a las personas que están mas cerca de Dios, los demonios no les
dejan, las asechan con mayor insitencia. Por ejemplo, San Francisco
tenia en sus escrios diálogos muy reales y a veces chistoso con el
demonio que vino a tentarle.
Otros
misticos como Santa Teres de Avila, San Juan de la Cruz, santa Catalina
de Siena nos hablan de los engaños y tácticas de los demonios que
ellos mismos tuvieron que contrarrestar.
San
Juan Maria Vianney, el Cura de Ars, tenia experiencias muy fuertes del
demonio. Fue confesor extraordinario y quedaba en el confesionario a lo
largo de los días. Decía que cuando le atacaba el demonio, a veces con
golpes (una vez quemo su cama), el sabia que esperaba le llegara un gran
pecador al dia siguiente que venia a pedir el sacramento de la
reconciliación. Y por eso le molestaba el demonio.
Posesos y exorcismos
Gracias
a la redención de cristo, en el cristianismo son raros los casos de
posesión diabólica. Pero todavía, la iglesia católica tiene el poder,
recibido de Cristo, de arrojar al demonio de una persona posesa, de un
lugar o de un objetivo, por medio del exorcismo. La iglesia siempre es
muy prudente antes los casos de los posesos.
Pide,
primero, el diagnostico de los médicos y psicólogos para cerciorarse de
que no son casos físicos o enfermedades mentales antes que proceder.
Recientemente,
el Vaticano dio a conocer un nuevo manual de exorcismo en enero de 1999
que reemplaza al antiguo ritual romano de 1614 (De Exorcismis et
supplicationibus Quibusdam). Decía que todavía , en ocasiones
excepcionales, necesita una ayuda de un sacerdote piadoso, santo,
prudente y entendido para practicar los exorcismos.
Experiencias de la maldad
Todos
nosotros tenemos la experiencia del mal. Vemos y escuchamos todos los
días hechos en el mundo: guerras, desastres naturales, robos,
homicidios, violencias, accidentes, etc.
Todo
esto no tiene origen en Dios, sino en el maligno. Además,
experimentamos a veces nosotros mismo la tendencia al mal y en muchas
ocasiones constatamos el consentimiento de este: mentiras, injusticias,
falta de caridad… aunque no lo deseemos hacer. Sentimos que el mal es
algo fuera de nosotros, algo o alguien que nos empuja hacer lo que no
queremos.
San
Pablo lo resume “De hecho, no hago bien que quiero, sino el mal que no
quiero”. (Rm 7, 19) Surge la pregunta ¿de donde viene el mal? No puede
venir de nosotros mismo por dos razones. Si el mal proviniera de
nosotros mismo, podríamos dominarlo eventualmente con nuestros propios
esfuerzos. Además, si el mal viniera de nuestra decisión, hubiéramos
podido entonces decidir que el mal no es tan mal, seria ¡un bien! Pero
no podemos justificar nunca el mal como un bien.
Por
eso, reconozcamos que el mal no es solo una proyección de lo que
tenemos dentro. Existe el mal porque existe el pecado y las tentaciones
de los demonios que son una fuerza espiritual contra de nosotros “Por lo
tanto, si hago lo que no quiero, no soy yo quien esta haciendo el mal,
sino el pecado que esta dentro de mi” concluye San Pablo (Rm 7, 20)
Actitud de un cristiano ante el diablo
¿Cuál
seria la actitud de los cristianos delante de esta realidad de los
demonios? No tengamos miedo, por que Cristo ha vencido la muerte (el
demonio) por su cruz y resurrección. Si vivimos en un estado de gracia,
comportándonos de acuerdo a una nueva vida que Cristo con su victoria
sobre el diablo nos merecio, o tenemos nada que temer.
Dice
en la catequesis del Papa de este verano, “Los buenos catolicos no
tienen nada que temer, ni caer en psicosis y angustias, para ellos el
pensamiento del infierno (añado los demonios) es una saludable
advertencia a la libertad”.
El
catecismo dice << sin embargo, el poder de Satanas no es
infinito. No es mas que una criatura, poderosa por el hecho de ser
espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación
del Reino de dios>>
Aunque
Satanas actue en el mundo por odio contra Dios y su Reino en
Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños – de naturaleza
espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física – en cada
hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina
providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre del
mundo.
El
que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero
nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los
que le aman (Rm 8,28).
Pues, en el mundo, vamos a tener tentaciones todavía por la consecuencia del pecado original. <
El
pecado original entraña la servidumbre bajo el poder del que poseía el
imperio de la muerte, es decir, del diablo (Cc, de Trento: DS1511, cfr.
Hb 2, 14; (CIC 407)>>.
El
consejo de San Pablo fue: “Por eso, tomad las armas de Dios, para que
podáis resistir en el dia malo, y después de haber vencido todo,
mantenernos firmes. ¡En pie! Pues ceñida vuestra cintura con la Verdad y
revestidos de la Justicia como coraza, calzaos los pies con el Celo por
el Evangelio de la paz, tengan siempre el escudo de la Fe, para que
podáis detener con el todos los encendidos dardos del maligno. Tomad
también el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, que es la
palabra de dios; siempre en oración y suplica, orando en toda ocasión…
“(Ef 6, 13-18)
Conclusión
El
diablo existe y esta muy activo en el mundo de hoy, quizá uno de sus
engaños es que pongamos en duda su existencia. El C, S, Lewis, en su
libro Cartas a Screwtape, presento como una serie de cartas del demonio
mayor a un demonio joven dándole los trucos para tentar a su victima: un
cristiano. En una de las cartas, el consejo del demonio mayor fue
engañar a su victima convenciéndole de la no existencia de los demonios.
Si los demonios no existieran, si fuera un invento como fruto del
espanto de la gente “poco inteligente”, el tiene a su favor el campo
para actuar con mayo libertad. Asi, explico el demonio mayor a su
súbdito: “tendrá mas éxito en sus tentaciones”.
Nosotros
no podemos caer en el engaño de pensar que los demonios no existen,
sino tenemos que conocer las tácticas de los malvados para superarlos en
nuestra vida de santificación.
Por: DR. Joseph Tham | Fuente: Escuela de la Fe
Noviembre, mes para meditar
El día está desapacible....soledad en la
Capilla, la luz roja parpadea y tu estás ahí Señor... y yo como siempre
estoy frente a ti y no se por qué tengo un sentimiento de
melancolía...debe ser el mes de noviembre. Este mes que nos llena de
recuerdos de los seres que ya no podemos ver, lugares vacíos, ecos de
voces queridas ... que ya no oímos, siluetas y rostros que llevamos en
nuestro corazón, pero...que ya no están.
Es el mes en que se habla de la muerte y los crepúsculos tienen una luz mortecina y el viento que va arrancando las hojas de los árboles nos habla de la proximidad del invierno. Si tuviera color le pondríamos un tono gris, serio y formal, con pinceladas de color cobre y oro....
Es el mes en que el pensamiento de la muerte nos pone inquietos pero solo por unos días pues pronto nos liberamos de este, para seguir, con alegría inconsciente, sumergiéndonos en el bullicio de la vida.
Pensar, meditar en la muerte no nos gusta. No estamos preparados para ello y tan solo nos causa desasosiego. Sabemos que algún día llegará... Tu, Jesús, nos dices: Velad, porque no sabeís ni el día ni la hora. Estad alerta, para no ser sorprendidos.
La muerte ha de llegar, eso no cabe duda, pero tu Señor, nos trajiste la esperanza de la resurrección. Creer en que vamos a resucitar es algo que nos aligera el alma y que en realidad no es la muerte sino una transformación de la propia vida.
Y San Pablo nos dice en su primera carta a los corintios: Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo andan diciendo algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?.Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que se durmieron
Esta fe es la que nos alimenta, Señor, y hace que tengamos una esperanza en esa muerte como la puerta hacia la otra vida, hacia la vida eterna.
Pero eso si, ese viaje a la eternidad nos obliga a tener listo "el equipaje", nos hace vivir día a día con el esfuerzo y la voluntad de ser mejores. No podemos despreciar el momento presente para obtener méritos que serán presentados ante tu Juicio, Señor.
Los seres queridos que se fueron nos impelen de mil formas y momentos a que preparemos "ese camino" y ese final de nuestra vida terrena, porque ellos ya saben que el gozo será infinito cuando traspasemos esa temida puerta de la muerte y podamos contemplar el rostro de tu amado Padre, el tuyo , el de tu Santísima Madre y también el de todos los que se nos adelantaron.
Mes de noviembre.... mes para meditar.
Es el mes en que se habla de la muerte y los crepúsculos tienen una luz mortecina y el viento que va arrancando las hojas de los árboles nos habla de la proximidad del invierno. Si tuviera color le pondríamos un tono gris, serio y formal, con pinceladas de color cobre y oro....
Es el mes en que el pensamiento de la muerte nos pone inquietos pero solo por unos días pues pronto nos liberamos de este, para seguir, con alegría inconsciente, sumergiéndonos en el bullicio de la vida.
Pensar, meditar en la muerte no nos gusta. No estamos preparados para ello y tan solo nos causa desasosiego. Sabemos que algún día llegará... Tu, Jesús, nos dices: Velad, porque no sabeís ni el día ni la hora. Estad alerta, para no ser sorprendidos.
La muerte ha de llegar, eso no cabe duda, pero tu Señor, nos trajiste la esperanza de la resurrección. Creer en que vamos a resucitar es algo que nos aligera el alma y que en realidad no es la muerte sino una transformación de la propia vida.
Y San Pablo nos dice en su primera carta a los corintios: Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo andan diciendo algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?.Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que se durmieron
Esta fe es la que nos alimenta, Señor, y hace que tengamos una esperanza en esa muerte como la puerta hacia la otra vida, hacia la vida eterna.
Pero eso si, ese viaje a la eternidad nos obliga a tener listo "el equipaje", nos hace vivir día a día con el esfuerzo y la voluntad de ser mejores. No podemos despreciar el momento presente para obtener méritos que serán presentados ante tu Juicio, Señor.
Los seres queridos que se fueron nos impelen de mil formas y momentos a que preparemos "ese camino" y ese final de nuestra vida terrena, porque ellos ya saben que el gozo será infinito cuando traspasemos esa temida puerta de la muerte y podamos contemplar el rostro de tu amado Padre, el tuyo , el de tu Santísima Madre y también el de todos los que se nos adelantaron.
Mes de noviembre.... mes para meditar.
Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
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